OCÉANOS EN PELIGRO: Cuando el clima cambia, la tierra responde


1.- CONTEXTO.

Durante siglos, los océanos han sido el silencioso gigante que marca el ritmo de nuestro mundo. Absorben calor, suavizan el clima y producen gran parte del oxígeno que necesitamos para vivir. Sin embargo, este valioso aliado climático ha llegado a un punto crítico. Las acciones humanas, sobre todo la liberación de gases de efecto invernadero, han transformado los mares: de elementos estabilizadores han pasado a convertirse en una gran amenaza para el planeta. La ciencia lo confirma: los medidores del nivel del mar emiten una advertencia que no podemos ignorar.

El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió en su informe de 2022 que los océanos han absorbido más del 90% del calor extra generado por los gases de efecto invernadero. Funcionan como una esponja gigante, pero esta capacidad tiene límites con consecuencias costosas.

2.- CALENTAMIENTO ACELERADO

El primer indicador de esta “fiebre” global es el aumento de la temperatura. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la última década ha registrado las temperaturas superficiales oceánicas más altas de la historia. Este calentamiento no es uniforme: han surgido olas de calor marinas, extensas y prolongadas zonas con temperaturas anómalas que han aumentado más del 50% en diez años. Como incendios bajo el agua, destruyen ecosistemas completos.

3.- SUBIDA DEL NIVEL DEL MAR

El segundo impacto, más evidente para las comunidades costeras, es el aumento del nivel del mar. El IPCC prevé un incremento de entre 0,5 y 1 metro para el año 2100, dependiendo de las emisiones. No se debe solo al deshielo de glaciares y polos: también influye la expansión térmica del agua al calentarse. Esto significa inundaciones más frecuentes, erosión costera y contaminación de acuíferos de agua dulce para cientos de millones de personas.

4.- ACIDIFICACIÓN Y ECOSISTEMAS EN RIESGO.

Los océanos también absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono (CO₂) liberado a la atmósfera. Al disolverse, este gas provoca acidificación, lo que debilita esqueletos y conchas de organismos planctónicos, moluscos y corales —base de la cadena alimentaria marina—. Los arrecifes de coral, hogar de una cuarta parte de las especies marinas, se están blanqueando y transformando a una velocidad sin precedentes en la historia de la Tierra.

5.- CONSIDERACIONES FINALES: UNA SEÑAL EXIGE ACCIÓN

Los cambios en los océanos no son lejanos ni abstractos: reflejan el estado de nuestro planeta y anuncian desafíos inminentes. Están en riesgo la alimentación de millones de personas que dependen de la pesca, la protección natural que brindan los ecosistemas marinos frente a tormentas, e incluso la estabilidad climática global.

Esta alarma no es el final, sino una invitación urgente a actuar. La ciencia ya ha mostrado el problema. La solución pasa por un desarrollo sostenible, inclusivo, bajo en emisiones y resiliente al cambio climático; por defender y restaurar los ecosistemas marinos; y por adaptar nuestras sociedades a esta nueva realidad.

El océano, que regula el clima mundial, nos pide a gritos que cambiemos de rumbo. La forma en que respondamos determinará si este gigante seguirá siendo nuestro aliado o se convertirá en nuestra mayor amenaza.

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