Educación, escuela y medio ambiente

CONTEXTO

El orden de los conceptos que aparecen en el título de este escrito no es casual, pues, aunque es evidente que los problemas que surgen de la interacción con el entorno natural tienen que ver con la educación, sólo una parte de ésta puede atribuírsele a la escuela; la otra tiene un contexto histórico y cultural más amplio. De ahí que es necesario establecer las diferencias entre esos dos entornos para poder elaborar juicios informados acerca de la influencia que tienen, en lo que podría denominarse considerarse como cultura ambiental; pero qué le corresponde a cada uno de esos ámbitos, entendiendo que tienen origen y posibilidades diferentes. 

I. La educación.

En determinadas circunstancias, es frecuente escuchar a una persona diciéndole a otra: Por qué tiras basura en la calle, ¿Es que no fuiste a la escuela?; o también, eso que hiciste no es propio de una persona educada, ¿no te enseñaron nada en tu casa?

Es notorio que aquí hay una interpretación poco precisa de los espacios en los que transcurren los procesos educativos, pues suponen que es el hogar, o los centros escolares, (la escuela) el entorno responsable de la educación; cualquiera de estas reducciones es incorrecta.

1.1.-LOS PROCESOS EDUCATIVOS NO ESCOLARES Y EL MEDIO AMBIENTE

Los procesos educativos no escolares suceden en momentos, entornos y lugares que pueden estar alejados de los centros educativos; forman parte de un mecanismo social más amplio y difuso: la interacción social cotidiana en la que diferentes agentes educativos ejercen influencia en los pensamientos, actitudes y acciones de las personas, sin importar la edad, o condición social. No obstante, además de la familia, hay que incluir: amigos, personas pertenecientes a organizaciones religiosas, políticas o de otro tipo, todos los medios de comunicación, incluidos libros, revistas, cine, y todo lo que pueda aparecer en las redes sociales con los avances de las tecnologías de la información.

Los momentos en los que cualquier persona se expresa en aquella forma pueden tener como referentes, que alguien advierta que se tiran en cualquier sitio: papeles, botellas, latas, aparatos electrónicos inservibles, animales muertos, material descartado de una construcción, u otros productos similares. Nada de eso está escondido pues basta con observar cómo están calles, aceras, lotes, orilla de las playas, o la ribera de los ríos cercanos a las ciudades o poblados.

Además, en este conjunto hay que incluir otras situaciones de diferente naturaleza, cada vez más frecuentes, como el irrespeto a las normas de convivencia, el escándalo, el ruido innecesario, o las palabras altisonantes en los espacios públicos.

En cada caso tales acciones, tarde o temprano, aumentan el volumen de desperdicios, orgánicos o no, cuya acumulación tiene un impacto negativo en la calidad de nuestro entorno cercano o distante; igualmente, también contribuyen al deterioro de las interacciones entre las personas, grupos e instituciones que, de alguna manera, impactan la vida en sociedad. 

Como es fácil advertir, todas las situaciones mencionadas son parte del medio ambiente en sus dos dimensiones básicas: natural y social. La dinámica de lo que ocurre en esos entornos tiene lugar, aunque no existan centros educativos.

Es fácil advertir que todo eso no es el resultado de una actitud promovida desde la escuela, pues ninguna de las acciones enunciadas forma parte de los propósitos que orientan el trabajo que se realiza en los centros educativos. Pero esas orientaciones no nacen en el seno de los establecimientos escolares.  De esto se sigue que, lo que ocurre en la escuela, tiene su origen en los niveles de decisión donde se definen los atributos de la función social que la sociedad le asigna a la educación escolarizada; sin embargo, no hay que pasar por alto que, en cada uno de los centros educativos, hay una dinámica interna que responde a estímulos externos ya que la escuela también recibe los ejemplos que la sociedad le ofrece a los estudiantes; y no hay que olvidar, que ellos acuden sólo una parte del tiempo a los centros escolares, de manera que hay dos procesos educativos distintos en sus propósitos, contenidos y prácticas. 

Así, queda claro que las personas en todas las ciudades y sitios poblados de nuestro País tienen una forma de ser respecto del ambiente; por consiguiente, una buena parte de la educación tiene lugar fuera de los linderos de los centros escolares y, muchas veces, al margen de lo que se hace en éstos. Este proceso suele denominarse Educación Informal

De acuerdo con eso, la educación escolarizada es diferente a la otra; es decir, la que ocurre mediante la influencia que pueden ejercer sobre los estudiantes diferentes agentes educativos de la sociedad en general, y del entorno inmediato de los centros escolares. Este proceso educativo es netamente informal, y sus características no dependen de la escuela, aunque como ya se expresó, es innegable el papel que esta institución pueda jugar en la transformación de esos rasgos, como demuestra la historiografía universal, o la propia del lugar a la que se refiera.

Entonces, ¿La situación descrita, ¿es responsabilidad del sector externo a los centros educativos? Si, pero no totalmente.

2. La escuela.

En el centro del título de esta comunicación aparece la palabra escuela; esto no es casual. En los temas relacionados con la problemática ambiental, esta institución actúa como un puente entre la educación que ocurre como un proceso social en un ámbito ajeno a la escuela, y lo tiene lugar en el entorno escolar; solo que ese puente no preexiste a los centros educativos a los que, corrientemente, se les confunde con la institución educativa.

En esas infraestructuras (edificios, instalaciones y espacios) tienen lugar las interacciones entre los distintos actores sociales cuyos rasgos básicos están regidos por la naturaleza misma de la institución, no de la educación en su sentido más amplio.

La institución educativa es eso, una sola, no otra cosa. Por el contrario, los centros escolares de cualquier nivel, incluida la universidad, son diversos; en ellos se concreta la institución y, además, se encuentran localizados y distribuidos por todo el País. En otras palabras, tienen una existencia material. Por el contrario, la institución escolar, como tal, es una creación humana que se define mediante un fundamentación filosófica, científica, moral, ética, y que soporte legal, que regula las relaciones entre las personas que la viven, En último término, esas creaciones   cumplen una función social con fines y objetivos propios.

En el siglo XIX la emergencia de los Estados nacionales consolidó la institución, principalmente mediante la creación de los sistemas educativos; cada uno con sus particularidades respecto de la educación. Como parte de ese proceso, se le asignó una función social, orientada a la población en general, con todo lo que eso conlleva.

En términos generales, en Panamá, como en otros países, puede afirmarse que, distintos aspectos, propios de la dinámica de los centros educativos responden a las disposiciones derivadas de las decisiones sobre el sistema educativo. Por ejemplo: el marco que fundamenta la definición de los fines y objetivos, el contenido de los planes de estudio y los programas de las asignaturas, la distribución de las horas en el plan de estudios, métodos, materiales, orientaciones metodológicas, los lineamientos para la evaluación de los resultados la organización del período lectivo, la forma en que se distribuyen los recursos que se le asignan al centro educativo; además, la organización de la Comunidad Educativa, el nombramiento de los docentes, la filosofía que anima el trabajo con los distintos actores.

Además, de ese marco se desprenden las necesidades de formación, y otros requerimientos que condicionan la práctica pedagógica de los docentes, y no hay que olvidar que la formación de los docentes está regulada por el Estado.  Todos aspectos mencionados no se originan en los establecimientos escolares.

En pocas palabras, mediante el Ministerio de Educación, la sociedad filtra hacia la escuela enfoques acerca de cada uno de esos aspectos queda expresado formalmente en el documento corrientemente denominado curriculum, cualquiera que sea el nivel educativo en el que se encuentren los estudiantes. Todo eso sólo corresponde a uno de los componentes de la educación en su sentido más particular; es decir, la Educación Formal o escolarizada.

Por otra parte, la dinámica escolar responde a la historia de cada centro. Así, la forma en que se han construido las interacciones entre los distintos actores, la distribución del poder, los vínculos con el entorno inmediato, y claro, la forma en que se asuma el tema ambiental en las escuelas y centros de educación superior. Y aquí, sí que todo es diferente.

3.- EL TEMA AMBIENTAL COMO PRIORIDAD.

La historia muestra que hace más de 30 años se formalizó el tema ambiental en nuestro País, como una prioridad en materia educativa, mediante la Ley 10 de 24 de junio de 1992.  En ese instrumento legal se reconoce, que la educación ambiental es una estrategia a favor del ambiente y los recursos naturales, se dispone la inclusión del enfoque ambiental en los contenidos de todos los niveles del sistema educativo, incluido el universitario; también se crea la Comisión de Educación Ambiental, que funcionará con la participación de distintas instituciones gubernamentales, y se designa al Ministerio de Educación como coordinador de sus responsabilidades. También hay que mencionar que esta Ley estableció que los medios de comunicación deberían co0ntribuir a la formación de una “conciencia ambientalista en la opinión pública, en base a la función social que ejercen” (Art. 9)-

Más adelante, en 1998, la Ley General del Ambiente estableció que corresponde al Estado la administración del ambiente; incluyó los lineamientos de la Política Ambiental, y también ordenó la creación de la Autoridad Nacional del Ambiente como una entidad autónoma. Entre las atribuciones establecidas por la Ley, le corresponde “Cooperar en la elaboración y ejecución de programas de educación ambiental, formal y no formal, en coordinación con el Ministerio de Educación y las instituciones especializadas” (Gaceta Oficial, 03-07.1998, p.58)

No obstante, hubo que esperar más de 15 años para se estableciera la responsabilidad del sistema educativo con el entorno natural y social, pues fue hacia finales de 2014 cuando se promulgó la Ley 38 de Educación Ambiental.

En el documento se incluye un marco conceptual en el que se definen 61 términos vinculados al tema ambiental; llama la atención que en este conjunto no se presentó una definición de la Educación Ambiental.

Desde que se promulgó la Ley, el Ministerio de Educación, inició un proceso de ajuste curricular que se expresó en la incorporación de este aspecto en el curriculum de la educación básica y media; igual sucedió en el nivel universitario.

En conclusión, el panorama es éste: tenemos dos ámbitos claramente diferenciados en los que ocurren procesos educativos; en los dos la problemática ambiental tiene presencia. A pesar de esto, parece que hay una especie de cortocircuito que dificulta la convergencia y sinergia necesarias para obtener mejores resultados.

La historia de la educación panameña muestra que los temas asociados al ambiente aparecen en los programas de asignatura dedicados a la enseñanza y aprendizaje de las ciencias naturales; también existe una Ley que establece la educación ambiental como eje transversal en el sistema educativo; esto incluye la obligatoriedad de incorporar una asignatura vinculada al cuidado del ambiente en los planes de estudios universitarios.

Sin embargo, la escuela de ninguna manera refleja necesariamente lo mejor que pueden ofrecer dichos agentes educativos, pues los elementos constitutivos de las propuestas curriculares, ya sea que se ofrezcan en centros oficiales o particulares, se elaboran en el Ministerio de Educación con carácter obligatorio, pero “flexibles”, sin que hasta ahora se haya logrado un impacto significativo en las actitudes de la población respecto del entorno natural y artificial

La pregunta obligada es: ¿Hay convergencia entre esos dos ámbitos en los que ocurren los procesos educativos? Si no es así, ¿por qué sucede?

3. El ambiente.

En el país existe una Ley de Educación Ambiental desde el 2014, mediante la cual se creó el Ministerio de Ambiente; también hay múltiples organizaciones y entidades preocupadas por lo que ocurre con el entorno natural y artificial, así como aportar a la solución de los problemas que se derivan de los desatinos recurrentes en nuestra relación con el medio ambiente y sus consecuencias. A todas luces, estos avances son claramente positivos, pero la realidad muestra que los avances son fragmentados, y aún no puede afirmarse que hay avances suficientemente satisfactorios en la construcción de una sólida cultura ambiental.

Basta con observar el estado deplorable de las fuentes hídricas, el deterioro imparable hasta ahora de la riqueza forestal, la acumulación de basura en ciudades y poblados de diferentes dimensiones, las reiteradas muestras de la ineficiente disposición de residuos de diferente procedencia, como restaurantes, fábricas o empresas agroindustriales.

Sólo para aportar información acerca de los elementos de tal situación se agrega que, en septiembre de 2024, la empresa Voltranc, (especializada en recolección de la basura sólida en Panamá) afirmaba que cerca del “…76% de la población no tiene acceso a la recolección de la basura”. (https://www.voltranc.com/)

Visto de esa manera, las propuestas de soluciones a los problemas del impacto humano sobre el ambiente demandan la sinergia entre los dos ámbitos educativos que influyen en nuestras actitudes y comportamientos relacionados con el cuidado del ambiente.

Todo lo que se ha planteado no significa desconocer lo que han realizado tanto por el Ministerio de Ambiente como el de Educación en favor del medio ambiente. En cuanto al primero, los informes o memorias institucionales acerca de los avances en esta materia dan cuenta de las disposiciones y acciones concretas para disminuir los efectos negativos de la contaminación del aire, el agua y la tierra. Por ejemplo, los Informes de Referencia Forestal realizados en 2018. 2022 y 2025, todos relacionados con los esfuerzos por disminuir los efectos del cambio climático vinculados a evitar el aumento de la temperatura del planeta; estos se realizaron con el apoyo de organismos internacionales. Vale mencionar que se creó el Sistema de Áreas Protegidas integrado por

26 categorías de manejo, algunas de reconocimiento nacional como: parques nacionales, terrestres y marinos, bosques protectores y refugios de vida silvestre, y otras de reconocimiento internacional como: sitios de patrimonio mundial, reservas de la biosfera y los humedales de importancia internacional. (Ministerio de Ambiente, 2025, p.13)

De acuerdo con los informes no hay duda de que a nivel de enunciados hay un trabajo que sustenta el interés del Estado por atender la problemática ambiental. Pero si se toma en consideración lo actuado desde 1992, hasta comienzos de la pandemia, en la práctica pareciera que los avances no son suficientes.

Para muestra, conviene consultar el informe sobre los Principales problemas ambientales de Panamá. (2022) en el que se describe el estado de situación de los recursos naturales: disponibilidad y calidad del agua, el uso y degradación de los suelos, calidad del aire, dinámica de la cobertura de bosque, biodiversidad de fauna y flora y recursos marinos y costeros, (p.3).

Vinculados a esas áreas de estudio se identificaron 11 problemas diversos que tienen relación con el ordenamiento territorial, el uso del suelo, disposición de desechos sólidos, limitaciones en la gestión y administración de recursos naturales, expansión de la frontera agropecuaria, deficiencias en el manejo de áreas protegidas, minería no metálica, aguas residuales domesticas e industriales, gobernanza y gobernabilidad, y uso y manejo inapropiado de agroquímicos, incluidos los desechos.  (p3).

Pero el informe también se refiere a una deficiente educación ambiental de la sociedad y destaca que no es que “…falta educación ambiental, sino que la efectividad de esta para generar cambios en los ciudadanos”. Y añade que, los ciudadanos que participaron en la encuesta identificaron al Ministerio de Ambiente y al Ministerio de como regentes de ese tema y destacaron que “…no existe una coordinación o articulación entre las acciones de ambas instituciones” (p.66).

El Informe también se refiere a la participación de los medios de comunicación en la promoción de una cultura ambiental.  Tampoco en este caso se tiene una percepción satisfactoria en lo que atañe a la promoción de actitudes favorables al mejoramiento de las condiciones del ambiente; se mencionó la falta de integración de los esfuerzos institucionales sobre ese particular, la necesidad de que las familias asuman responsabilidad en la construcción de valores éticos y morales para obtener buenos resultados en la educación ambiental.

Finalmente, se enumeran distintos programas de formación y capacitación en materia ambiental que desarrollan distintas instituciones universitarias y no universitarias, pero concluye que “…no existen instrumentos generales para medir el cambio de actitudes de las personas en materia ambiental” (p.66).

4.- CONSIDERACIONES FINALES.

Con lo apuntado hasta aquí, queda claro que la educación y la escuela son dos ámbitos distintos de la problemática de la educación ambiental.  Sin embargo, hay más gente fuera que dentro de los centros escolares, y buena parte de ellos ya transitó la escolaridad.  De esto se sigue que, efectivamente, luego de 30 años no se ha logrado impactar significativamente a los distintos grupos etarios para asumir responsabilidades ciudadanas, ni desde los procesos educativos que ocurren fuera de los linderos de la escuela, ni dentro de ellas.

Por consiguiente, queda por realizar una tarea complicada: lograr establecer la concordancia entre la educación (sociedad), y la escuela (institución educativa) si queremos que disminuya el deterioro el medio ambiente.

REFERENCIAS

-Gaceta Oficial, miércoles 1°de julio de 1992. Panamá. https://vlex.com.pa/vid/estrategia-conservar-desarrollar-preservar-31263305#:~:text=LEY%20No.-,10%20de%201992%20POR%20LA%20CUAL%20SE%20ADOPTA%20LA%20EDUCACION,Y%20SE%20DICTAN%20OTRAS%20DISPOSICIONES.

-República de Panamá, Ministerio de Educación (2024) Calendario con fechas ambientales y de prevención.

https://www.educapanama.edu.pa/sites/default/files/ambiental/calendario_ambiental_2024-corregido.pdf.

República de Panamá. Ministerio de Ambiente (2022). Principales problemas ambientales de Panamá. Oficina de Relaciones Públicas: DIRCOM MIAMBIENTE.

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