CONTEXTO
los efectos de las inclemencias del clima en este mes de noviembre no puede conducir a otro escenario que no sea la revisión de los mecanismos a disposición del estado panameño para enfrentar los estragos que causan los diferentes fenómenos que constituyen riesgos ambientales y que son de diferentes tipos. Se incluyen fenómenos naturales como lluvias intensas, sequías extensas, temperaturas elevadas, marejadas, vendavales etc, así como los producidos por factores humanos como incendios de masa vegetal, acumulación de desechos en ríos y quebradas, contaminación de aguas, deforestación, crecimiento urbano desordenado y otros.
EL PANORAMA.
Las inclemencias del tiempo afectan en estos días del mes de noviembre a diferentes países. Destacan los casos de España (Valencia) en el continente europeo, Y en nuestro entorno regional, las afectaciones en Costa Rica, Colombia y Panamá.
En el vecino país de Costa Rica, desde los primeros dias de noviembre las alertas se activaron en el sector pacífico (Guanacaste y Punta Arenas), pero también se extendieron a Limón en la vertiente atlántica. Los medios informan sobre más de 1,300 damnificados y la instalación de 31 albergues además del registro de cuatro fallecidos. El país sufrió algunos efectos colaterales del Huracán Rafael que en los primeros días del mes afectó áreas del Caribe con incidencias significativas sobre Cuba.
En el caso de nuestro otro país vecino, Colombia, el gobierno debió declarar la situación de desastre nacional en todo el territorio nacional debido a la situación climática en 27 de sus 32 departamentos.
Los estragos afectaron a más de 40,000 familias en los Departamentos de La Guajira, Chocó. Santander, Tolima, Valle del Cauca, Córdoba, Norte de Santander y Arauca y Bogotá.
COYUNTURA CLIMÁTICA EN PANAMÁ
En nuestro país, los diferentes medios de comunicación ( televisivos, prensa y radio) han cumplido la importante tarea de difundir información sobre los efectos del mal tiempo en este mes de noviembre que ha sacado al país del habitual marco de referencia de este mes como un periodo históricamente lluvioso y que siempre arroja dudas en torno a sus efectos sobre las celebraciones patrias. La coyuntura ha sido simplemente desastrosa.
Los datos proporcionados por el Sistema Nacional de Protección Civil ( SINAPROC) son elocuentes:
Al 12 de noviembre de 2024
Publicado en el Panamá América.
..Mas de 5,000 damnificados.
—80 inundaciones distribuidas en las Provincias de:
Los Santos, Chiriquí, Coclé, Darién Herrera, Panamá, Panamá Oeste y Bocas del Toro.
— Cinco fallecidos por inmersión.
—Dos muertes en accidentes imputables al mal tiempo.
—Albergues habilitados a nivel nacional: Veraguas (4),
Chiriquí (8), C, Ngabe Buglé (1), Panamá (1),
Los Santos (2), Bocas del Toro (1).
–-161 familias y mas de 600 personas damnificadas con daños considerables a las viviendas.-
Entre otras afectaciones se registran deslizamientos varios, carreteras y caminos intransitables, puentes peatonales y vehiculares afectados, pérdidas de cultivos agrícolas y en ganado vacuno, y porcino.
¿ UN PAÍS RESILIENTE?
Lo sucedido este mes conduce al análisis de una categoría que hoy en día esta en labios de muchas personas: la resiliencia. Visto desde una perspectiva positiva , este uso indica una tendencia hacia la promoción de una cultura de resiliencia que poco a poco puede convertirse en una idea fuerza cuyas raíces deben conducir a la germinación de conductas y actitudes sociales beneficiosas para enfrentar todo tipo de adversidades. De hecho en todos los países cuando se producen ciertas adversidades surge como un eco, el llamado a la recuperación y un intento de auto convencimiento de que “ somos por naturaleza solidarios y preocupados con las tragedias de los demás” La resiliencia puede convertir este auto convencimiento en un mecanismo cultural permanente.
LA RESILIENCIA
En la actualidad es posible hacer referencia a una multiplicidad de definiciones y conceptos de la resiliencia que parten de diferentes enfoques o áreas disciplinarias.
Para la Organización Mundial de la Salud ( OMS), la resiliencia se refiere a la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, aprender de ellas, e inclusive, ser transformados por ella.
Para Simón Dolan y Pedro Cesar Martínez de la Universidad Pontificia Comillas, España. Es importante distinguir cuatro tipo de resiliencias; física, social, mental y emocional. En la situación que analizamos, y partiendo de dichos autores, nos ocupamos de la resiliencia social, aquella referida a la capacidad de recuperarnos de situaciones difíciles de manera colectiva, desarrollando un espíritu de comunidad después de desastres, guerras o conflictos mediante el establecimiento de redes y relaciones fuertes que generan cooperación y asistencia mutua. Los autores añaden que la resiliencia social “enfatiza la importancia de la acción colectiva, la empatía y la inclusión en la creación de sociedades más fuertes e interconectadas”
A lo señalado agregamos que frente a las crisis y las adversidades no podemos descansar unicamente en las respuestas de los gobiernos, estas deben ser complementadas con la acción social y comunitaria.
Coyunturas como la presente en este mes de noviembre, deben ser convertidas en expedientes, para crear plataformas sociales, culturales e institucionales que se traduzcan en fortalezas para enfrentar futuras amenazas ambientales.